viernes, 25 de enero de 2008

TRABAJOS VOLUNTARIOS CERRO LA CRUZ


Compañeros: No tengo palabras para describir el lugar del hecho. Los vecinos del cerro la cruz, aún a estas horas están todavía durmiendo en las calles, frente a lo que una vez fue su hogar. Algunos vecinos se quedan en la iglesia, casas de familiares o vecinos, pero muchos todavía sienten el dolor de las llamas, ahora siendo la gélida noche quien los castiga con sus guaguas en brazos. Nosotros llegamos el viernes al Cerro la Cruz con fuerza y alegría, esas que nos caracteriza como juventud y al ver las casas destruidas totalmente, nuestra alegría no se incinero junto a tanta destrucción, en cambio, nos dio el pie para ponernos en manos a la obra. Junto a consignas y canciones, la ardiente juventud trabajó arduamente estos tres días. Muchos compañeros se conocieron allá, pues llegaron de todos los regionales. En las horas de descanso, intercambiamos experiencias y amistad. El trabajo en el cerro no sólo fue limpiando escombros, sino también jugando con los niños, cuales no entienden bien lo que pasó y siguen con la misma alegría de siempre. Nosotros les hablamos de la importancia de que estén sanos y les explicamos que teniendo mente positiva se podría salir adelante. A los padres en cambio, no le hablamos tan sólo de la mente positiva, sino de la importancia de organizarse a tiempo para que el gobierno cumpla sus promesas y no pasé gato por liebre. Las anécdotas en el trabajo son miles, los chistes con los compañeros de Valpo. El compañero Fidel de la Universidad de Valparaiso nos sacó más de una carcajada. Realmente son miles de historias, pero creo que una de la que más nos marcó a nosotros, las Brigadas Amaranto "Salvador Allende", fue la de un vecino de la zona, que con lágrimas vivas en las mejillas se acercó y nos agradeció todo lo de estos días. El vecino tenía alrededor de unos 70 años y nos confesó que no sólo eramos unas brigadas de voluntarios, sino unos médicos del alma. Estos días el vecino había escuchado muchas promesas de todos los sectores de la política nacional, el cielo y la luna reconstruida, pero los únicos que había llegado a la zona, directamente a trabajar y a organizar a los afectados, eramos nosotros, los jóvenes comunistas. Después de las palabras más de alguna lágrima se escapó de nuestros ojos y no faltaron los aplausos en forma de retribuir su discurso de gratitud. Ahora queda camino por delante para los vecinos del Cerro La Cruz, camino de combate porque sus voces sean escuchadas y se simiente en hechos los versos del gobierno. A nosotros los jóvenes comunistas nos queda la experiencia de la Brigada Amaranto "Salvador Allende", que nos enseñó a ser consecuentes con nuestro discurso y dar nuestro trabajo y quizás algún día la vida por quien lo necesite.
Por eso compañeros, me gustaría despedirme de esta forma:

¡Atención hijos de Luis Emilio Recabarren y Elias Laferte!
¡Jota, Jota!
¡Ce, Ce!
¡¡¡Juventudes Comunistas de Chile!!!
Brigada Amaranto "Salvador Allende"

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